Debido a que muchos trabajos mediante RPAS deben desarrollarse en las montañas o a que la bajada de las temperaturas en muchos puntos de España en invierno es generalizada, deberemos extremar las precauciones por las bajas temperaturas.
El frío extremo afecta muy negativamente a las baterías de cualquier dispositivo electrónico, reduciendo la entrega de potencia necesaria para su normal funcionamiento. El uso de dispositivos electrónicos en montaña afecta generalmente a la duración de las baterías. La autonomía de los dispositivos no llega ni por asomo a la nominal con muy bajas temperaturas.
En el caso de las operaciones mediante drones, las baterías de vuelo deben cuidarse lo mejor posible. Dicho cuidado pasan por un mantenimiento rutinario a lo largo de todo el año, basado en los siguientes puntos:
- Operación de la batería dentro de los rangos de temperatura recomendados por el fabricante.
- Carga de las baterías con los equipos suministrados o recomendados por el fabricante.
- Las baterías Li-Po, mayormente usadas como baterías de los RPAS, deben almacenarse con un estado de carga óptimo para asegurar su durabilidad con el paso del tiempo sin que se hayan usado.
- Someter las baterías a ciclos de carga profunda antes de cualquier operación si la batería ha sido almacenada durante mucho tiempo.
Por ejemplo, el fabricante de drones DJI suministra baterías inteligentes, con cierta electrónica. La electrónica que poseen sus baterías, entre otras funciones, hacen que éstas entren en ciclos de descarga para poder asegurar su durabilidad cuando no son usadas durante varios días.
Es recomendable por tanto antes de realizar una operación en ambiente muy frío, bien sea en entorno montañoso o bien por la bajada de las temperaturas invernales, cargar previamente las baterías de vuelo poco antes del vuelo previsto. De esta manera nos aseguraremos que las baterías no se encuentran en su ciclo de descarga y se encuentran preparadas para darnos todo su potencial durante el vuelo.
Cuando se vaya a realizar el vuelo, es necesario que las baterías de vuelo partan con una temperatura mínima que garantice su correcto funcionamiento y así evitar sustos. Por ello, deberemos asegurar que las baterías se encuentran a unos 20ºC antes de iniciar el vuelo. Para ello se deberán precalentar alojándolas en lugares calientes y no se deben tener expuestas a intemperie más tiempo del debido para que su temperatura no baje bruscamente. Una vez encendida la batería en el dron, también es recomendable encender los motores en tierra para que la batería no pierda temperatura durante los chequeos prevuelo.
Durante el vuelo, deberemos monitorizar continuamente el porcentaje de batería restantes y el voltaje de funcionamiento de cada celda para asegurar la estabilidad de la batería frente a las bajas temperaturas.
Si se realizan maniobras muy exigentes para la batería, estando ésta muy fría, se verá comprometida la entrega de energía y por tanto la seguridad del vuelo.
Hay que prestar atención a bajadas bruscas del porcentaje de carga restante de la batería, ya que en ambientes fríos son muy comunes.
También es muy recomendable no apurar las baterías al máximo y aterrizar con un margen del 30% o superior. De esta manera siempre tendremos reservas para cualquier imprevisto.
También se deberá prestar especial atención a la batería del dispositivo de control (mando) y en menor medida por no ser vital para el desarrollo del vuelo a los dispositivos móviles que nos proporcionan los datos de vuelo. Al no poderse autocalentar y al encontrarse expuestos, ambos sistemas verán muy comprometida la durabilidad de su batería en ambientes muy fríos.
Estos consejos básicos harán que los vuelos invernales con ambientes fríos sean seguros y podamos disfrutar de la experiencia y el entorno sin llevarnos ningún disgusto. Los fabricantes publican en sus manuales consejos para utilización de sus equipos en ambientes muy fríos. No dejéis de leerlos.
Disfrutad del invierno volando con seguridad.