En un final del otoño más lluvioso de los esperado, donde se han recogido unos 400 l/m2 de muchas localidades de Bizkaia en apenas dos semanas, los drones han demostrado una vez más su valía, al poder ser usados como herramientas para adquisición de datos durante las gestiones de crisis. Ante tal volumen de precipitaciones, se ha tenido que focalizar la atención en los cauces de los ríos y las laderas de los montes, para vigilar la evolución de las avenidas de aguas o inundaciones.
Las lluvias han ocasionado numerosos deslizamientos de tierras y laderas en zonas cercanas a viviendas o infraestructuras principales, y los drones han sido utilizados para obtener datos con precisión topográfica para evaluar los daños y diseñar las medidas de sostenimiento o adecuación del terreno en zonas dañadas.
La empresa operadora de UAS de Bizkaia ha sido requerida para la realización de múltiples tareas, como la visualización de las crecidas de los ríos en Gipuzkoa o la obtención de datos para la realización de modelos digitales del terrenos mediante fotogrametría o LIDAR, según fuera el caso.
Una vez más, se demuestra que los UAS desempeñan un papel importante como complemento a los procedimientos y herramientas tradicionales en la gestión de las crisis debidas a fenómenos meteorológicos adversos o violentos.